1 y 2- Evaluaciones in vitro: curvas de respuesta de sensibilidad de los patógenos frente a los agentes fitoterapéuticos (a.f.), determinación de la CE50, efectos sobre las estructuras asexuales y sexuales de los patógenos involucrados (relación entre el tipo de aplicación y el efecto antiesporulante).

Evaluaciones in vivo: los a.f. se aplicarán en frutos, plantas, raíces (según su modo de acción), y en diferentes etapas (según el objetivo). Para determinar su eficacia de control se emplearán parámetros fitopatométricos, tales como incidencia y severidad.

Inoculaciones artificiales: se garantizará la presencia (presión) de infección del/ de los patógenos, a partir de cepas monospóricas de distintos microorganismos de patogenicidad comprobada (Penicillium spp., Geotrichum sp., Diplodia-Phomopsis, Phytophthora spp., Botrytis sp., entre otros), aisladas y mantenidas en nuestro laboratorio. Se emplearán diferentes técnicas de inoculación (contacto y heridas, entre otras) y se seleccionarán las condiciones ambientales adecuadas para favorecer el desarrollo de la enfermedad, logrando niveles de infección en los controles suficientes para discriminar entre los tratamientos.

3- Para la optimización de las aplicaciones de los a.f., se ensayarán diferentes diseños experimentales (combinatoria de a.f., dosis, momentos, frecuencia, oportunidad de evaluación). Con los datos se procederá al análisis estadístico e interpretación de los resultados y a la ponderación de la eficacia relativa.

4- Se analizarán efectos secundarios indeseables que pudieran ocurrir en el producto final (alteraciones en color, olor, manchado, etc) a consecuencia del uso del a.f. También se podrán analizar residuos del a.f. en fruta según requerimiento.

Cada ensayo contará con un protocolo detallado, de técnicas, métodos, que se ajustarán en función de cada patosistema y  del a.f. a evaluar